El adolescente de 17 años tenía quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo debido al incendio que afectó la celda del subsuelo del Instituto Luis Agote en la que estaba alojado, a pesar de que las leyes nacionales y la Convención de los Derechos del Niño prohíben ese tipo de encierro.
El fallecimiento del joven ocurrió anoche producto de las quemaduras, según confirmaron a DyN fuente judiciales, que precisaron que el juzgado de Menores, a cargo del juez Alejandro Cirelluelo, allanó el lunes el Instituto y secuestró documentación y restos del colchón que causó la muerte del chico.
De la documentación obtenida surge que la combustión del colchón, que debía ser ignífugo, se produjo por “llama libre”, es decir que el adolescente estaba alojado en un lugar inadecuado para sus características, con elementos combustibles y munido presuntamente de fósforos o un encendedor.
El mismo tribunal había advertido a las autoridades del Agote sobre los antecedentes psiquiátricos que padecía y había encomendado cuidados especiales parar evitar que se autoinfligiera lesiones. No obstante, el muchacho fue alojado en una celda de aislamiento en el subsuelo del edificio ubicado en Charcas 4602, de la Ciudad de Buenos Aires.
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